Crítica a La forma del agua

La forma del agua (2017)

En ocasiones no es necesario filmar una obra maestra para ganar el Oscar, sino la película que más guste a los académicos de Hollywood. Y eso es lo que le ha ocurrido al mexicano Guillermo del Toro con ‘La forma del agua’, que le acaba de reportar los dos premios gordos del certamen: película y dirección. Entiendo la decepción de los cinéfilos que acusan a Del Toro de haberse bajado los pantalones, renunciando a su estilo original para alcanzar la gloria cinematográfica. Pero él no tiene la culpa de que Hollywood haya decidido premiarlo por esta película y no por otras, como cuando se quedó a las puertas del Oscar al mejor guion original por ‘El laberinto del fauno’ (2006). En todo caso, los ataques de ira deberían reservarse para quienes lo han votado.

Crítica a La forma del agua

Más allá del Oscar, ‘La forma del agua’ es una buena película: un cuento fantástico que, como dijo Del Toro al recoger la estatuilla, describe una parábola sobre los marginados. Un canto a la diferencia y una orgullosa protesta contra los cánones impuestos por el neoliberalismo yanqui. En ciertos momentos esta parábola es un poco forzada o se subraya más allá de lo recomendable; en otros, se echa en falta un mayor esfuerzo en la credibilidad de la trama. Pero no hay que apretarle las clavijas en este sentido cuando desde el minuto uno se nos sitúa en un cuento narrado por un personaje en off que, a su vez, juega a evadirse de la realidad.

Los bellos créditos iniciales nos sumergen en una atmósfera onírica por la que es fácil dejarse llevar, y la historia central es un caramelo por mucho que los cansinos no dejen de repetir que en la historia del cine ya ha habido otras historias de mujeres y bestias. Vale. Brilla Sally Hawkins en el papel de huérfana sordomuda, igual que brilla el monstruo del Amazonas bajo cuya piel se esconde Doug Jones. Y los escenarios donde se desarrolla el cuento son envolventes: el cine vacío, los apartamentos del piso superior y el laboratorio donde tienen encadenada a la bestia confieren a la película una aura mágica y soñadora. Así que es fácil sentir afecto por una historia de amor y tolerancia que cuenta con tres enormes secundarios: Richard Jenkins, Octavia Spencery Michael Shannon.

Richard Strickland somos todos

Por cierto, me gustaría romper una lanza en favor de Richard Strickland, el personaje de Shannon. Es obvio que Del Toro concentra en él todos los estereotipos del gran opresor de las minorías: el hombre blanco de mediana edad, heterosexual, racista, machista, violento y acosador. Pero no me parece que su personaje sea tan plano como se ha escrito; al contrario, uno de los grandes méritos de Del Toro es aportar las razones por las que Strickland tiene esas características. Razones tan poderosas como una bala alojada en el corazón del American way of life. Es importante fijarse en las escenas privadas de Strickland —el sexo conyugal, la mujer perfecta, los niños repelentes, el Cadillac último modelo—, donde el personaje experimenta la frustración de unos ideales de felicidad impostados. Repito, Richard Strickland es mucho más que el malo de la película, y encima la interpretación de Shannon es cojonuda.

¿Dónde patina (o se ahoga) ‘La forma del agua’? Pues justamente en aquello que se ofrece en contraposición a Strickland. A Del Toro no le basta con la huérfana sordomuda y el monstruo torturado; tiene que mostrar todo el catálogo de discriminados sociales, desde los gays hasta los afroamericanos, pasando por un comunista de los buenos. Y, en el lado opuesto, tampoco le basta con Strickland: tiene que insistir en la figura del hombre blanco malvado, como en esa prescindible escena en la que un barman se declara machista y racista… ¡en diez segundos! A ello hay que sumarle algunos excesos de azúcar que te pueden estropear la historia si tienes el día torcido, aunque Del Toro compensa esta parte con sexo, violencia y golpes de humor. Por lo demás, puede que ‘La forma del agua’ no fuera la mejor película de 2017 y desde luego no es la mejor de Del Toro, pero el problema lo tiene quien se ponga las expectativas demasiado altas por culpa de unos premios que no deberíamos tomarnos tan en serio.

Título original: ‘The Shape of Water’. Dirección: Guillermo del Toro. Guion: Guillermo del Toro y Vanessa Taylor. Reparto: Sally Hawkins, Michael Shannon, Richard Jenkins, Octavia Spencer, Michael Stuhlbarg, Doug Jones, David Hewlett, Nick Searcy. Duración:125 minutos. País: Estados Unidos.

Publicado en: El criticon.es

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