Pela el membrillo, quita el corazón y el resto de la carne córtala a dados pequeños.
Echa la carne en una olla con agua hirviendo. Deja que hierva hasta se haya ablandado sin llegar a estar deshecha.
Vierte el contenido de la olla en un escurridor. Cuando haya soltado el agua, tritura la carne del membrillo con ayuda de una picadora.
Coloca la carne en un bol y añade el azúcar. Mezcla bien todo.
Agrega la mezcla de membrillo y azúcar a la olla y remueve. Debes dejar que vaya hirviendo a fuego lento durante 20-25 minutos.
Asegúrate de tener una bandeja de poliespán limpia. Corta un buen trozo de papel film y colócalo sobre la bandeja.
Vierte el contenido de la olla sobre la bandeja y deja reposar sobre la encimera de la cocina durante media hora.
Cuando se haya gelificado, tapa con el papel film que sale por los lados e introdúcela en la nevera durante un par de horas.
Cuando quieras comerlo, sácalo de la nevera, deja que tome temperatura ambiente y luego emplata junto a un trocito de queso fresco o queso de tetilla. También está rico untándolo con pan.
